El psiquiátrico de Cheste
- Mari Carmen
- 12 dic 2016
- 2 Min. de lectura
Esta semana os traemos una nueva y terrorífica localización. Se trata del Psiquiátrico Abandonado de Cheste, en la provincia de Valencia. Se trata de una historia que lleva circulando ya algún tiempo en la red y cuya veracidad, como siempre, no podemos comprobar.

Estamos hablando de la época de la dictadura franquista en España, cuando los psiquiátricos y hospitales dependían de manera directa del gobierno fascista. En este lugar en concreto, encerraban a niños con problemas físicos y mentales (esquizofrenia, bipolaridad, Síndrome de Down, malformaciones…) a los cuáles sus padres habían abandonado al saber de su condición. El régimen dictaminó que estas personas no eran “aptas” para vivir en sociedad, ya que suponían una carga para la sociedad, por lo que eran recluidas en recintos como este en el que vivían en situaciones vejatorias e inhumanas. Sufrían torturas como castigo por el mal comportamiento, lo que acabó desquiciando aún más a los niños. Los métodos más utilizados solían ser el “tambor”, mediante el cual ponían en la cabeza del niño un cubo de metal o algún material similar y daban golpes con diversos objetos durante horas; y el desnudar a los niños en zonas públicas, como castigo también, y obligarles a hacer alguna actividad física hasta caer rendidos por el cansancio.

Una noche en este centro, un grupo de los niños más mayores (entre 8 y 12 años) intentaron vengarse de sus supuestos cuidadores, entre los que se encontraban médicos, enfermeras y guardias de seguridad. Los niños consiguieron escabullirse de sus habitaciones y fueron primero a por las enfermeras que estaban de guardia, dándoles una paliza de muerte. Tras esto, liberaron al resto de niños de sus habitaciones y se dirigieron todos juntos a por los guardias de seguridad y el médico que se quedaba con ellos por la noche, que era famoso por creerse el Mengele español al más puro estilo nazi. Podría decirse que él fue el que se llevó la peor parte. Los niños, desquiciados, “jugaron” con su cuerpo hasta ser descubiertos por los guardias, cuando el cuerpo del doctor ya había sido desmembrado.

Muchas personas aún sienten miedo y temor de acercarse a estas instalaciones, que se vieron obligadas a cerrar tras la catástrofe. También son muchos los morbosos que no pueden evitar acercarse a comprar la leyenda que cuenta que, si vas de noche, aún puedes escuchar los gritos de los trabajadores y las risas siniestras de los niños.
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