Horrible ritual satánico
- Mari Carmen
- 8 dic 2016
- 3 Min. de lectura
El lugar que os traemos hoy es, quizás, el más aterrador de todos. Se llama La Cornudilla y está situado en el término municipal de Onda. Todo parece normal hasta que descubrimos que los habitantes de esta pequeña población abandonaron sus hogares en los años 50 tras presenciar una serie de sucesos paranormales que tenían lugar en las viviendas y que atemorizaban a los vecinos. Era muy frecuente escuchar en las casas ruidos, pequeños murmullos e incluso algunas voces sin procedencia lógica.
Había un lugar en el que estos ruidos eran aún mayores y constantes, la conocida como Casa del Ruido. Se trata de una casa pequeña alejada del centro del pueblo en la que los sucesos paranormales eran el pan de cada día y donde apenas ningún habitante del pueblo se atrevía a acercarse. La historia detrás de esta casa es más que aterradora. Nuestro morbo por lo oculto nos obligó a indagar hasta que encontramos la leyenda que circulaba entre los ciudadanos.

La conocida ahora como Casa del Ruido fue, a principios del siglo pasado, un lugar ideal para hacer de picadero a jóvenes pasionales que por la represión de la época que se vieron obligados a vivir aprovechaban cualquier situación posible para estar juntos. Este es el comienzo de la historia de los dos jóvenes que protagonizan la aterradora leyenda de La Cornudilla. Para que solo pueda dar pie a una historia romántica sobre adolescentes enamorados, pero lo que estáis a punto de leer va mucho más allá.
Al parecer, la madre de la joven muchacha llevaba un pequeño negocio rituales paganos en el que se dedicaba a leer las cartas del tarot a los habitantes del pueblo y a realizar hechizos inofensivos para ayudar a la fertilidad de las mujeres o para asegurar una buena recolecta a los huertanos. La joven nunca se había mostrado interesada por la magia que realizaba su madre hasta que el muchacho es llamado a luchar en una guerra en la que prácticamente ningún soldado conseguía volver. Ante la desesperación por perder a su amado, la joven comienza a investigar y a leer en los distintos libros que guarda su madre en casa y encuentra un oscuro ritual que le permitirá estar para siempre con su amado.

La noche antes de partir él hacia la batalla, se reúnen para despedirse en el lugar de siempre, la Casa del Ruido, donde ella le había preparado lo que parecía una romántica velada con velas, nueces, plumas de aves, piedras sudafricanas, una manta en la suelo bajo la que se escondían diversos símbolos paranormales y más materiales por el estilo. El joven enamorado yace en la manta abrazado a la adolescente cuando esta se incorpora y empieza a rogarle que no se vaya, que ella no puede vivir sin él. Tras la negativa del muchacho no le queda más remedio que continuar con el plan inicial. Saca un cuchillo afilado que tenía escondido y dándole un abrazo se lo clava con fuerza en la espalda. El joven grita sin comprender lo que está pasando y solloza en los brazos de ella hasta que muere desangrado. Ella, entre lágrimas, no duda en hacerse un corte en cada brazo y acabar agonizantemente con su vida. Los dos muertos yacieron juntos hasta ser encontrados días después.
La leyenda cuenta que las almas atormentada de los jóvenes rondaron el pueblo persiguiendo y atormentando a sus habitantes hasta que estos se vieron obligados a abandonar el lugar.
Y así, los dos jóvenes, consiguieron estar juntos para siempre.
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